Christian Dior presentó su colección otoño-invierno durante la Semana de la Moda en París. La marca demostró su exquisito gusto y su talento para evolucionar según las tendencias de la moda. En esta colección presentó una serie de atuendos listos para usarse tan pronto caigan las primeras hojas de otoño. Cada prenda demostró un gran estilo y el potencial para ser lucida en cualquier capital del mundo.

Feminidad y hermandad entre mujeres fueron dos elementos importantes de la pasarela. Algunas modelos lucieron unas playeras blancas con la leyenda “Sisterhood”, término referido para definir una hermandad, un grupo de mujeres que se quieren y se apoyan entre ellas. Esta pieza icónica de la pasarela fue la primera en aparecer y sorprender a los espectadores.

La diseñadora Maria Grazia Chiuri demostró su talento al presentar una colección elegante, pero a la vez cómoda y usable. Pantalones anchos, gabardinas, abrigos, faldas largas y sombreros, fueron algunas de las piezas que más se observaron en la pasarela. Cada pieza reflejó poder, personalidad y distinción, lo cual demostró que las mujeres se pueden sentir empoderadas a través de la moda.

Los abrigos con cuadros grandes y los sombreros fueron las piezas que más llamaron la atención. Sin embargo, las faldas largas negras de tul con toques florales le dieron un acento de romanticismo y feminidad a la colección. Este desfile demostró que Dior es una marca que entiende perfectamente a la mujer, y que evoluciona con ella; que comprende al mundo cambiante y se amolda a los nuevos estilos de vida de las mujeres modernas: empoderadas, versátiles y seguras de sí mismas.